Para descansar correctamente no solo es necesario contar con un buen colchón que se adapte a nuestras necesidades y anatomía. El levantarte radiante por la mañana depende en gran parte de la almohada que utilices. La elección de esta es muy importante, ya que hacerlo acertadamente puede aliviar el dolor de espalda y hasta los ronquidos.
Ten en cuenta que debes cambiarla si cambias de colchón, porque la curvatura de la espalda en la nueva cama será distinta, lo importante es mantener la alineación horizontal de las vértebras.
Los expertos en equipos de descanso, afirman que un factor muy importante a tener en cuenta cuando compras una almohada, es la forma (y la orientación) de dormir:
•Si lo haces de lado, lo mejor es una almohada cervical. Estas sujetan el cuello, la nuca y la cabeza para mantener las vértebras cervicales protegidas.
•Si duermes boca abajo, lo más conveniente es una almohada blanda y fina, para así reducir la tensión muscular y la presión en el cuello.
•Quienes duermen boca arriba deben decantarse por una almohada de firmeza y grosor intermedio, que se adapte a la curvatura del cuello.
•Si durante la noche te mueves mucho y cambias constantemente de posición, elige una almohada con forma de haba. Este diseño ofrece un apoyo constante, por lo que no vas a tener que volver a acomodarla a mitad de la noche para estar cómodo.
Dentro de los modelos de almohada que más se requieren actualmente podemos mencionar:
•Las hipoalergénicas, que además son muy suaves y mullidas y recuperan facilmente su forma inicial.
•Las de doble cara, con ella puedes dormir boca arriba o de lado.
•Las almohadas con propiedades calmantes te ayudan a conseguir el estado de relajación necesario cuando llega el momento de domir. Las encontrarás, por ejemplo, con núcleo de extracto de malva (calmante y antiinflamatorio) y diseño ergonómico.
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